Hay varias razones por las cuales algunas mujeres optan por esta cirugía. Una de las principales es la creencia de que la satisfacción íntima disminuye después de los partos. Aunque esto no está comprobado, algunos hombres y mujeres lo perciben así. La satisfacción íntima es, en gran parte, mental.
Entre algunas condiciones especiales que pueden motivar la cirugía se encuentran: una episiotomía que no cicatrizó correctamente, el desplazamiento del recto, la bajada de la vejiga y la relajación de las paredes vaginales después del parto. En estos casos, el rejuvenecimiento vaginal o la reconstrucción vaginal pueden ser soluciones efectivas, y se cree que hay una mejora notable en las relaciones íntimas.
En cuanto a la apariencia de la vagina, aunque puede no ser de gran importancia para algunos hombres, sí lo es para algunas mujeres. En estos casos, se realizan cirugías para mejorar la apariencia, como la labiaplastia, que corrige la asimetría de los labios vaginales.
La reconstrucción del himen es una cirugía sencilla que se practica principalmente en mujeres que desean ser “vírgenes” el día de su boda. Es común en países árabes y entre algunas latinas.
La cirugía de rejuvenecimiento vaginal corrige el tono muscular en esta área, dando firmeza. La reconstrucción vaginal refuerza la vagina, juntando los músculos para crear una abertura vaginal más pequeña.
La cirugía es preferible hacerla después de tener el último hijo, ya que de lo contrario se pueden perder los beneficios obtenidos con el siguiente parto, a menos que sea por cesárea.
Es un hipertrofia de los labios vaginales que causa complejos, falta de autoestima, infecciones, irritación en la zona o molestias en las relaciones sexuales.
40 min
Recuperación: una semana
ambulatoria
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